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El control de gestión y la subida de costes

En los últimos meses, hemos asistido a una serie de acontecimientos de carácter más o menos extraordinario que se han traducido en una subida generalizada de los precios de las materias primas en todos los sectores. La subida del coste de la energía o la inestabilidad provocada por la guerra en Ucrania, por poner algún ejemplo, son circunstancias que van a tener un impacto muy importante en los costes de cualquier empresa.

Es lo que se denomina técnicamente como inflación de costes. Esta inflación es, muy diferente de la inflación de demanda. En este caso, como su nombre indica, nos encontramos con una demanda mayor a la oferta lo que acaba provocando un alza en los precios, independientemente del nivel de costes que tengan las empresas.

En cambio, en la inflación de costes, este incremento en los costes de las materias primas no es tan fácilmente trasladable al mercado, por lo que las empresas se encuentran con distintos desafíos:

  • Por un lado, la subida de costes ataca directamente su línea de margen bruto.
  • Por otro lado, si decide trasladar esta subida al mercado vía precios, puede sufrir una contracción de la demanda que también acabe afectando a sus ventas y márgenes.

Un maremoto como el que estamos viviendo en estas fechas tiene un impacto enorme para los mercados:

  • Llevamos muchas semanas de subidas continuadas en suministros básicos, que además acaban trasladándose a partidas clave en muchas empresas (transporte, producción, packaging…)
  • Además, esta subida de precios en elementos básicos afecta a todos los agentes, empresas y consumidores, por lo que no es un ejercicio fácil tratar de trasladar al mercado la subida de costes vía precios de venta.
  • Cuando se dan este tipo de circunstancias, la demanda suele virar con especial significación hacía las marcas del distribuidor o «marcas blancas», lo que también acaba afectando a los equilibrios del mercado.

En este escenario, tener un adecuado sistema de control de costes puede ser fundamental en la toma de decisiones correcta. El impacto de estas subidas en las cuentas de explotación de las empresas dependerá de cada modelo de negocio, pero en general todas se van a ver más o menos afectadas.

Recordemos algunas de las funciones fundamentales del control de gestión:

  • Obtener indicadores claves (gastos, márgenes, productividad, desviaciones…) para poder realizar análisis en profundidad.
  • Elaborar y diseñar objetivos, presupuestos, propuestas y proyecciones.
  • Optimización de los recursos disponibles (capital, humano…) para poder alcanzar los objetivos trazados en tiempo y forma.

Por tanto, las empresas que tengan establecidos estos sistemas de control de gestión podrán afrontar este tipo de escenarios con mayores probabilidades de éxito, y podrán tomar las decisiones adecuadas en cada momento sobre costes, productividad, rentabilidades….

Si aún no has diseñado tu sistema de control de gestión o necesitas rediseñar el actual, podemos ayudarte en este proceso. ¿Hablamos?